9 de Junio de 2013

 

El Burro

 

 

 

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,.”  (Romanos 8:28)

 

Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.  (2 Corintios 12:10)

 

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal rebuznó fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo qué hacer.

Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo. Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle.

 

Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y se desesperó horriblemente.

 

Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra. El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio…

 

Con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra. Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando...

 

La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba.

 

Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos. Usa la tierra que te echan para salir adelante.

 

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,.  (Romanos 8:28)

Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Corintios 12:10)

 

 

 

Pbro. Ascencio M. Mancilla